La Preparatoria 20 es una de las primeras escuelas en tener un contenedor seguro para el desecho de medicinas
Cuando un medicamento es desechado de forma inadecuada, por ejemplo en contenedores de basura de hogares, oficinas o sitios públicos, puede llegar a estar en contacto con sistemas ambientales y ocasionar contaminación en agua, suelo y aire. Además, cuando estos residuos provenientes de la industria farmacéutica se manejan de forma inadecuada, pueden provocar la proliferación de enfermedades.
“Cuando se desechan en la basura común pasan por un proceso en el que con las lluvias o el sol se empiezan a desintegrar, pero las moléculas activas no siempre desaparecen y se incorporan a la naturaleza, pasan al suelo o los mantos freáticos, por lo que entran en contacto con plantas, seres vivos o personas”, explicó el responsable del Laboratorio de Biología de la Preparatoria 20, licenciado Diego Arturo Zavala Trejo.
Añadió que en el caso de los antibióticos, al estar en contacto con bacterias “generan resistencia, por lo que ya no tendrán el efecto esperado para combatir algunas enfermedades. Todo dependerá del tipo y la cantidad. Podríamos pensar que solo son unas cuantas pastillas, pero al sumar lo que tira cada persona es una gran cantidad de fármacos los que se desechan de forma inadecuada”, precisó el químico farmacobiólogo.
Organismos como el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (SINGREM) han difundido que han recolectado entre ocho y diez toneladas de medicamentos por año en todo el país, a partir de cientos de contenedores especiales que en su mayoría están ubicados en farmacias u hospitales.
Por ello, a partir de este lunes, la Preparatoria 20 de la Universidad de Guadalajara cuenta con un contenedor seguro en el que alumnos y padres de familia podrán depositar medicamentos caducos como parte del proyecto denominado Recomed.
“El día de hoy que arrancó oficialmente el proyecto, varios alumnos depositaron en el contenedor principalmente antinflamatorios y analgésicos“, mencionó el docente. Los recipientes están fabricados con polipropileno de alta densidad que facilita su limpieza y mantenimiento y una mirilla transparente que permite ver el nivel de recolección; también el cilindro de una altura de 1.10 metros por 40 de ancho y profundidad evita la posibilidad de extracción de productos.
Otro aspecto relevante es que no desechar los fármacos en contenedores especiales también aumenta la posibilidad de que, a pesar de estar caducos, se comercialicen en el mercado informal: “Hacer negocio con medicamentos que están caducados, que borran o remarcan la fecha de caducidad es una práctica que genera muchos riesgos a la salud porque existen fármacos que una vez que pasa su periodo de caducidad pueden empezar a transformar ese principio activo que en lugar de ayudar puede ser muy tóxico”, añadió el especialista.
Asimismo, conservar medicamentos caducos en los hogares facilita su consumo principalmente por infantes, lo que puede ocasionar reacciones como: salpullido, dolores de cabeza, náuseas, vómito, daño renal, hepático o problemas para respirar, entre otros.
“Contactamos a SINGREM para generar este programa con el objetivo de sensibilizar a los jóvenes y público en general sobre la importancia de darle una salida útil a los medicamentos caducos o fuera de uso. Incluso el pasado sábado, durante la primera sesión de escuela para padres, se notificó a los tutores sobre la importancia del tema”, destacó la directora de la Preparatoria 20, maestra Xóchitl Ramírez Hernández.
Mencionó que la propuesta es que el contenedor esté disponible de manera permanente en el plantel. Personal del organismo serán los responsables de extraer los medicamentos del contenedor en un periodo no mayor a 24 horas una vez que esté lleno. Después de ser recolectados serán incinerados a una temperatura de más de tres mil grados centígrados, por lo que se elimina su efecto tóxico.
El contenedor seguro está disponible afuera del Laboratorio de Biología, en el plantel ubicado en la avenida Paseos del Bosque S/N, colonia El Fortín, en Zapopan, Jalisco.